Crucificado de bruces sobre un viejo tablón,
mi destino está a mis pies
y en las manos con que otros lo destruyen:
tan lleno de un vacío de un todo.
Me probé el vestido de la felicidad
pero en ella parece no haber poesía.
Como estrella de cinco puntas haciendo implosión,
mi patria es la muerte:
únicamente allí la sumisión, la entrega.
No aprender a mentir.
Pues la mentira es de la vida compañera.
Pues la mentira es de la vida compañera.
ALEQS GARRIGOZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario