I
En
el país de los buitres
las
esperanzas mueren desgarradas;
y
el último y agónico suspiro
mengua
en los caminos de la nada.
En
el país de los buitres
tus
pasos chocan con huesos y miembros
y
puedes oler al aire la esencia del fin
pues
ésta por los vientos cruza...
Algunos
sólo sienten lástima de ti,
pero
la mayoría de ellos te abusa.
II
No
pude soportar la forma en la que El Buitre me miraba.
Sus
ojos fríos, humanos, penetrantes como estaca,
recordaban
que yo era sólo un despojo.
No
pude soportar la forma
con
la que apretaba el duro peñasco con sus garras.
Lo
supe, sus ojos lo dijeron: me deseaba.
Lo
mire tal cual, fuerte, seguro, rapaz,
y
mire también al futuro y lo encontré vacío.
Entonces
lo vi venir
mientras me recostaba sobre el desierto.
ALEQS GARRIGOZ