jueves, 12 de enero de 2012

EL CADAVER DE LA NOCHE


Agoniza otra vez en los destellos de color, de las formas y figuras que van cobrando identidad, ella se despide sin aviso redescubre sus raíces en las horas que ya pasaron.

Desnuda y transparente regresas a diario a placer, sin pedir permiso y aniquilando lo que podríamos llamar media vida, que convive solo mientras te pierdes.

El aire sabe a muerto, y tan solo es el periodo que utilizo para extrañarte, las cosas brillan de la manera lógica y no como cuando a tu lado brillan sobre oscuro.

Entonces vuelves a nacer ante los ojos cerrados de muchas y muchos, ante la posibilidad de la imaginación siniestra y ante la tentación de soñar de la forma tradicional.

Durante el día, ese cadáver de ti, prefiero simplemente esperar.

                                                                                    VICTOR NEKRO

 

OBSERVACIÓN DE AVES


Cuando las aves orientan su fuga al poniente,
el alma siente un no sé qué
y con alas al aire quisiera ir también.
Volar. Dejar atrás la espesa multitud,
el humo asfixiante de la creciente ciudad,
el grillete de las obligaciones.
Dejarlo todo...
como se deja nada.
Volar. Batir los cielos con poder de águilas,
cortar el horizonte en maniobra espectacular.
Sólo por sentir...
lo que se siente.

Nosotros somos especie de cautiverio;
enloquecemos de encierro.
Permanecemos.

Las aves por nacimiento saben sobrevivir.
Cuando emigran a continentes lejanos
el camino sin marca conocen las crías al regresar.
Nosotros intentamos aprender;
olvidamos.

No tenemos más memoria que la palabra torpe,
oscura, inexacta.

                                                            ALEQS GARRIGOZ