jueves, 9 de junio de 2011

BRINDIS

Él por ella levanto el vaso;
había gotas contenidas en sus ojos,
sus manos temblaban y sentía miedo…
pero estaba decidido.
Su boca se cerró aferrada a la vida,
él empujaba el vaso pero no bebía. Luego
sus ojos se derramaron… y el vaso también,
sobre sus labios.

Y he aquí que el beso contenido en el vaso,
se abrió y cerró sus ojos que ya no lloraban.
Y he aquí que ya no sintió miedo.

Y fue la tarde de su último día.



                                                              ALEQS GARRIGOZ

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