jueves, 10 de mayo de 2012

SUBTERRANEUM


Las voces se van, la niebla sabe a ansiedad, a cerveza y a sobriedad. Una especie que no respira inconcientemente, que crea las reglas a quebrantar.

Por debajo, de las miradas, de la piel y del radar, y cuando llega la hora de brincar, sin aviso desde donde quieras hasta tus oídos y hasta que la aguja provoque frío.

El valor del 0 a la izquierda, las máscaras no nos cubren, nos descubren, la cultura es contranatura y no contracultura, pues la estética propone sin procurar que el coro antes del verso nos resulte esencia y perfume de la más básica promiscuidad.

Sin consultar la hora porque no importa, seres extraños que razonan sin gritar, se dibujan y se filtran los ruidos  al compás de una vida corriendo para saber que pasa cuando el reloj va hacia atrás.

Con o sin luz, los cuerpos vibran y gozan con la ironía de un arte oscuro, las amistades que se brindan sin siquiera mirar, no hay juicio que valga ante la gana inmensa de compartir el pan de chelear y cotorrear.

Mujer, hombre o quimera, bienvenidos al club de los ciegos morales, de los sin vergüenza social y de los que joden las estadísticas de una ciencia total, diversos y a la caza de el nuevo recuerdo, que deja la pinche y tan valiosa autenticidad.

                                                                                    VICTOR NEKRO

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