Entre
sombra y sombra, se asoma un destello de duda, devaluando el esfuerzo insalubre
de la mente que peligrosa sigue vertiendo imaginación.
Los dedos
señalan y al mismo tiempo se apuntan por tres, como pistolas juzgando al
anormal, saliva de la habladuría de lo que “debería ser”, mostrándome el camino
rutinario y vacío. Claro que con demasiada confianza me aviento por el
barranco, no hay caminos, pero ya los tomé.
: Ese
pelo largo…., con gusto te lo meneo en la cara, : es que esa ropa parece de…, y
me la desgarro ante los ojos para que se vea aún más rara, : es que piensas de
forma tan bizarra que…, y más bizarro con gusto dejar al demonio asomarse desde
adentro y darte un saludo, colmillos afuera.
Porque me
protege la locura y su bestial ramificación de, llegar cada noche a crear sin
restricciones las figuras y poesías de la ultrajante posibilidad, de ser, de
estar, de trastornar. No parezco muchas cosas, pero sí me atrevo a diferenciar
que el único puente entre valorizar la verdad y disfrutar de la soledad es el
pecho flotante de los sueños y la creencia de mi potencialidad.
Piercings,
tatuajes y melenas de color neón, brindemos ahora por nuestra propia libertad,
no somos los demás, somos los que incomodan a los más , que asustan con la
simple convicción de una libertad que sabemos viene en dosis de ¡METAL!
VICTOR NEKRO
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