jueves, 31 de enero de 2013

ESPECTRAL


Una vida fue tomada a mitad de un grito
durante la velada de los espectros;
y manchas negras comieron de él
e hicieron rondas y vuelos.

Fue la vida del hombre santo, el que tocaba las campanas,
el casto, el hombre de los rosarios y las plegarias.

Sin prisa las manchas bebieron sus jugos
y pelearon entre si por el trozo más grande,
sin sentir el mínimo temor por los altares
y la cruz que pendía en su cuello.

Cantado una vez el tétrico himno,
volvieron a morar bajo su cama, donde él juraba…
¡que no había nada!

                                                       ALEQS GARRIGÓZ

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