jueves, 24 de enero de 2013

EL OJO ÍNDIGO


Una mancha a modo de niebla va cubriendo mi ojo izquierdo, se reduce la visión pero bien vale la pena por mantenerlo abierto cuando me toca dormir. Y es así también como puedes observar a los fantasmas que se olvidaron de regresar a la utopía y que asustaran a 2 que 3 vecinos, tan solo les guiño para evitar la confrontación.

Postrado y ansioso por lo que vendrá con puedo ir adivinando-creando formas y figuras en la pared, al costo de no cerrarlo a voluntad y forzar de vez en cuando los músculos a su alrededor atrayendo las opiniones extrañas.

El lado que te desnude y se excite más allá de la piel, que el hueso expuesto adquiere sensualidad.

De niño las flores en papel tenían que, más bien debían ser iguales a todos los dibujos del salón, pero nunca me disgustó el reclamo por colorear de índigo los pétalos y el tallo azul.

Cuando vaya por la calle con tan sólo un ojo abierto también te daré el guiño, esperando ambos no seas el fantasma del sueño de ayer.

                                                                                 VÍCTOR NEKRO.

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