jueves, 10 de julio de 2014

EL PODER DE UN OJO QUE NO DUERME

Al estar en supuesta normalidad, uno lo sabe y duerme con el ojo izquierdo abierto, que al tiempo la noche coloreó, bondad de destazar con las palabras y cambiar en un gesto la distancia que te guarden los demás.

Ya siempre reside en la espalda la armadura, que explota en el brazo anestesiado, cubre el cuello y la boca en forma asimétrica con la misma tela negra como hilos de sangre coagulada, expone los huesos de la mitad del pecho y dibuja una invitación a atacar.

Asusta más el que provoca con un ojo para quitarte cada nervio a mordidas que el que te muestra un cuchillo, porque al designado que mandaron a imponer le devoré el rostro mientras nunca encontró una palabra para evitarlo.



                                                                         AUTOR: VICTOR VAMPIRO NEKRO


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