Ayer
caminamos por parajes de cuentos de hadas
e
hicimos posible una simbiosis hasta entonces prohibida.
Yo
lo reconocí todo con una mirada: estaba todo
como
en el sueño que me hace apretar la almohada.
Había
otros niños que también lo sabían.
Sí,
yo ayer conocí la vida.
También
saludé a mil poetas cantando al cielo
y
juro que vi a la alegría, que en bicicleta me sonreía.
Juntos
oíamos sus rimas, mientras del suelo comíamos sandías.
Nadie rezaba, ni había llantos bajo cobijas,
Nadie rezaba, ni había llantos bajo cobijas,
ni
siquiera había en los rosales espinas.
Podíamos
sembrar tomates, podíamos hacer el vino;
y
hasta destruirlo todo en un impulso asesino.
Era
todo a nuestro antojo, era todo nuestro juego.
Así que tomaste mi mano… ¡e hicimos llover el
fuego!
AUTOR: ALEQS
GARRIGÓZ
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