Sea el
gusto por salir del cotidiano, la fe oscura en lo bestial o la pura sugestión,
de vez en vez volteo para ver si no está parado en la esquina, reptando por la
escalera, elevando un brazo por debajo de la cama o vigilándome desde la azotea
del vecino.
Como si
se tratara de una escena barata de película de horror, curiosamente suenan las
puertas y ventanas cuando más pienso en el ser descarnado y tenebroso que pasa
rápido en el otro vagón haciéndome la señal de muerte.
Porque
nunca quisiera verte en serio, pero no me puedo contar mi propia vida sin ti,
elemento de química cerebral y aire frió que no congela.
Si
apareces y haces exactamente lo mismo que yo, deseo no estar mirando un espejo
y haberme olvidado de proteger el cuerpo, pero si termina siendo eso ¡corta,
corre, controla!
VICTOR NEKRO
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