La luna
menguante transforma el tiempo
Cambios
de rostros y de piel,
Me rodea
su pálida estela dentro del círculo de serpientes
Y un
soplo de locura acaricia mi mente,
Susurra
tu nombre secreto
Calumnia
cualquier idea que no hable de ti
Sueño
profano es lo que eres
Un
sangrante halo de luz en la noche interminable.
Serafín
caído de las estrellas
Venido a
mí para silenciar mi soledad,
Y te
quedaste junto a mí
Junto a
mí, a mitad del camino hacia el fuego
Me llevas
al olvido de tus brazos
Entrelazando
tu piel y mi piel,
Me
ofreces cofres de sueños
A cambio
de solo besar tus pies,
Y me
postro ante ti
Me postro
bajo el yugo de tus alas negras
¡Ha
venido hacia mí! ¡Ha venido por mí!
Ha
detenido el sangrado y me pide que no tema más,
Y las mil
lagrimas que he derramado bien han valido una de sus sonrisas
Me
impulsa a arrancar la anestesia de mi corazón,
Salvándome
de naufragar entre el vació y la felicidad,
Y nos
curamos mutuamente las huellas que dejo la falsedad
Hoy nació
el imperfecto amor
Ingenuo
pues no sabe de distancias, ni de tiempo,
Peligroso,
salvaje, con deseos de perdurar
Va de la
mano de la esperanza, sin nada que perder, todo por ganar,
Ponme
bajo tus alas negras
Llévame
contigo y enséñame a volar
Amantes
malditos, amantes condenados
¿Qué más
da? No tememos bailar en la obscuridad,
No hay
miedo, no mas pena ni dolor
Solo el
calor del fuego entre tu y yo,
Solo eso
necesito
Tan solo
un poco de tu maldito amor.
Mario “Diablo” Sánchez
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