jueves, 6 de septiembre de 2012

13


Es una leve melancolía,
una respiración que se acorta por los
sollozos de la madrugada,
la parálisis de estos brazos que te buscan
es alarmante, me hace falta tu impertinencia,
tu altivez, tu deseo siempre hiriente.

Le tengo lastima a este corazón inútil,
le odio, le quisiera ver muerto,
el problema es que en ciertas ocasiones
se asoma, me sonríe,
me pide perdón y yo le recibo de nuevo,
sabiendo que ya ni siquiera es todo mío.

Me caga este sufrimiento vano que se me
carga en la espalda,
estoy siempre buscando terminar con
esta ira que oculta mi tristeza,
buscaré una pistola y me la pondré directo en la
cabeza, pero no estoy segura si esta mano
ilusionada por tocarte se atreva.

Me da miedo la noche,
pero me aterroriza la idea de despertar en esta
cama vacía de mi, llena de tu presencia,
ya no quiero que esta maldita lengua me
traicione en mis sueños, voy a exigirle a tu Dios,
que ya no me susurre tu nombre mientras duermo.


                                        Ingrid Rohe.

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