Salir del
hospital y solo saber que la muerte quedó sentada en modo de espera, divide a la tragedia el capricho de ella de
levantarse. Nunca estarás sola porque te sostuve los brazos y piernas mientras
pateabas y lanzabas puños al aire, la aguja dibujó en tu brazo en años de
compulsiva y lagrimal tradición.
Azul
nunca tuviste el cabello, pero siempre te imaginé empapada de ese color, ya en
el nombre o en el fondo no lo podías negar, tú me salvaste cuando narcotizado
tomaste la rosa que e conectaba a la realidad, primero con miedo y reserva,
después con afecto tomabas mi mano mientras el ojo magenta abierto en el error
vigilaba mis sueños anormales.
Así bajo
la lluvia, como cuando nos sometimos jadeantes, te miro desde la ventana, y si
volteas verás las sonrisas que me pidas bajo el árbol, que mis cabellos toquen
los hombros llenos de agua, y de reojo lanzaré miradas retadoras a esa que
espera el momento de tomarte para siempre.
De ser
así en tu memoria te llevarás mi brazo izquierdo, pues te pertenece llévatelo,
muérdelo y cuídalo allá, que cada que llueva las gotas que bajen por mi rostro
serán del color del ojo dañado, no tengo intenciones de moverme.
AUTOR: VICTOR VAMPIRO NEKRO
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