jueves, 14 de marzo de 2013

DULCE CASTIGO


Ya no quiero rectificar el pasado,
la idea de la esperanza se petrifica ante la nula posibilidad de
mirarte a los ojos, se que se te ha enfermado la piel y los huesos,
tu sabias que al dejarnos, a mi se me acababan los sueños de 
asesinarte.

Quiero hoy saborear un poco este blanquecino paisaje que nos 
ha alejado, voy a romper miles de ilusiones ajenas con tal de 
obligarte a recuperarme, caminare bajo esta lluvia infernal que 
nunca para, pero ya no me mojare, es demasiado tarde.

Voy a probar un poco de esa densa neblina que te cubre los ojos,
seguro que la encuentras dulce y somnolienta,
voy a robarme una de las sonrisas de tu efímero ángel,
la haré mía solo por una noche, para volver a sentirte en su 
lengua.

Voy a romper ese silencio que se ha mantenido entre nosotros,
traeré una navaja, un martillo y mi mejor sonrisa,
me rizare el cabello, me pondré la piel de serpiente que tanto
te gusta, hoy seré ella; y tu serás desde mañana, mi eterno castigo.

                                                                 Ingrid Rohe.


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